Un tejón, una martilla, dos tucanes y tres ranas son parte del conjunto “Flora y Fauna”, del escultor costarricense José Sancho, que presenta el Museo Nacional en la Sala de Exhibiciones Temporales.
Los dieciocho animales que se agrupan armoniosamente, con la misma intención de la naturaleza, se transfiguran de trozos firmes de Guayacán Real, una especie de madera del trópico seco, que con sus vetas y texturas, más el ingenio del artista que da las formas, vivifican a cada uno de los personajes.
Las obras tienen su trayectoria, pues algunas datan de 1999 y con el paso de los años el escultor ha incorporado nuevas. En esta oportunidad todas las piezas son de madera, sin embargo Sancho también trabaja materiales como el mármol, el metal y la piedra; y sus esculturas se caracterizan por las líneas simples y estilizadas, sin llegar a ser abstractas.
Esta propuesta se enriquece con una síntesis de la caracterización y comportamientos de cada una de las especies representadas, un aporte del biólogo Francisco Durán, del Dpto. de Historia Natural del Museo.
Le invitamos a deleitarse con “Flora y Fauna” que estará abierta al público hasta el 14 de diciembre, en el horario regular del Museo, de martes a domingo de 8:30 a.m. a 4:30 p.m.
José SanchoNace en Puntarenas en 1935. Estudia y ejerce economía durante varios años. Como parte de su educación artística autodidacta, visita México, Perú, India, Italia, Grecia, Rumanía, Argentina, Alemania, Asia Central, China, Egipto, Medio Oriente, Galápagos, Isla de Pascua, Antártica y África.
Desde 1982 se dedica por completo al trabajo escultórico. En 1975 realiza la primera exposición individual y en 1976 merece el premio Áncora del periódico La Nación. Numerosas exhibiciones dentro y fuera del país respaldan su trayectoria, reconocida con distinciones como Medallas de Oro (1978-1983), Premio Nacional de Escultura (1985) y el Gran Premio de la Bienal de Escultura (1997).
Desde el 2001 exhibe en el INBioparque una colección antológica representativa de su temática animalística similar a la presentada en esta ocasión en el Museo Nacional, realizada a lo largo de 30 años.
En el 2003 inicia una nueva etapa: la confección de formas vegetales abstractas en hierro soldado y esmaltado de tamaño monumental, que se exhibe en concurridos espacios públicos.
En su morada-taller, galería y jardín, en Escazú, expone permanentemente su propia colección de esculturas.
Los dieciocho animales que se agrupan armoniosamente, con la misma intención de la naturaleza, se transfiguran de trozos firmes de Guayacán Real, una especie de madera del trópico seco, que con sus vetas y texturas, más el ingenio del artista que da las formas, vivifican a cada uno de los personajes.
Las obras tienen su trayectoria, pues algunas datan de 1999 y con el paso de los años el escultor ha incorporado nuevas. En esta oportunidad todas las piezas son de madera, sin embargo Sancho también trabaja materiales como el mármol, el metal y la piedra; y sus esculturas se caracterizan por las líneas simples y estilizadas, sin llegar a ser abstractas.
Esta propuesta se enriquece con una síntesis de la caracterización y comportamientos de cada una de las especies representadas, un aporte del biólogo Francisco Durán, del Dpto. de Historia Natural del Museo.
Le invitamos a deleitarse con “Flora y Fauna” que estará abierta al público hasta el 14 de diciembre, en el horario regular del Museo, de martes a domingo de 8:30 a.m. a 4:30 p.m.
José SanchoNace en Puntarenas en 1935. Estudia y ejerce economía durante varios años. Como parte de su educación artística autodidacta, visita México, Perú, India, Italia, Grecia, Rumanía, Argentina, Alemania, Asia Central, China, Egipto, Medio Oriente, Galápagos, Isla de Pascua, Antártica y África.
Desde 1982 se dedica por completo al trabajo escultórico. En 1975 realiza la primera exposición individual y en 1976 merece el premio Áncora del periódico La Nación. Numerosas exhibiciones dentro y fuera del país respaldan su trayectoria, reconocida con distinciones como Medallas de Oro (1978-1983), Premio Nacional de Escultura (1985) y el Gran Premio de la Bienal de Escultura (1997).
Desde el 2001 exhibe en el INBioparque una colección antológica representativa de su temática animalística similar a la presentada en esta ocasión en el Museo Nacional, realizada a lo largo de 30 años.
En el 2003 inicia una nueva etapa: la confección de formas vegetales abstractas en hierro soldado y esmaltado de tamaño monumental, que se exhibe en concurridos espacios públicos.
En su morada-taller, galería y jardín, en Escazú, expone permanentemente su propia colección de esculturas.
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